Una nueva historia de Horst Grabosch de la serie “Héroes del trabajo”. Esta vez la atención se centra en la profesión de guardabosques. Por supuesto, Karl-Heinz Flinte no encaja en el estereotipo de un guardabosques. En la portada, se parece más a un activista climático. Pero ese es exactamente el giro de Grabosch. Los tres episodios revelan la diversidad de la actividad. Flinte también dispara ocasionalmente a un jabalí cuando es necesario, pero también sufre con los árboles debilitados y se preocupa por los visitantes humanos del bosque; después de todo, para eso le pagan. Al igual que con su música, se sienta entre todas las sillas, pero las sillas siempre representan solo una vista limitada. Grabosch siempre elige temas y géneros musicales individuales para una canción, pero en el proceso forman una imagen completa con el tiempo. Esta imagen es irritantemente diversa en términos de formación de patrones. Quizás así es precisamente como Grabosch demuestra nuestra falta general de aceptación de la complejidad del mundo. Pero siempre mantiene su guiño humorístico.